La pandemia del coronavirus y el confinamiento han hecho que redescubramos nuestras casas como los hogares que son. Ahora más que nunca, nos acogen, protegen y ofrecen espacios para el entretenimiento en una época marcada por la distancia social.
Si antes de la covid ya habíamos conquistado ciertos entornos domésticos -patios, terrazas y jardines privados- para los juegos al aire libre, la epidemia global ha despertado un renovado interés por la dimensión lúdica de la vivienda.
Veamos dos imágenes de mondo ludens particular. A la izquierda, un lugar ameno natural indoor a modo de trampantojo: Refugio para un recuerdo, el tapiz-alfombra de lana recuperada anudada a mano por la artista visual argentina Alexandra Kehayoglou. Para contemplar o utilizar. Y a la derecha, una idea del arquitecto surcoreano Moon Hoon que haría más llevadero otro encierro por fuerza mayor: la biblioteca familiar dispuesta en gradas con tobogán integrado, todo de madera.
Así, columpios, toboganes, parques infantiles, casitas de madera, tirolinas y camas elásticas se han convertido en básicos para amenizar cuarentenas.